¿Qué debemos creer?

5 de diciembre de 2006

El concepto común de la naturaleza del hombre y la mujer que comparten los judíos, cristianos y musulmanes, es esa distinción que pone de relieve la conclusión del primer capítulo del libro del Génesis. Se puede dar fe de la validez científica de esos versos, en un tema relacionado se puede dar fe de la validez absoluta de esa acusación que presentó Filón de Alejandría contra el falso concepto filosóficamente reduccionista de Creación. Eso es lo que, los tres (judíos, cristianos y musulmanes), debemos creer.

El Creador del universo ha de reconocerse como una personalidad viva cuya naturaleza, a diferencia de la de todas las bestias, se refleja en la naturaleza intrínseca de la esencia inmortal de las facultades creativas que están ausentes entre las bestias, pero que distinguen de manera fundamental a la personalidad humana. A este respecto, la vida de todo ser humano individual es sagrada según la ley natural de este universo eterno. Así, tenemos que considerar la relación entre cristianos, judíos y musulmanes del modo que Nicolás de Cusa describe este principio en su famoso diálogo
De pace fidei. En esta configuración del proceso social, la fe del individuo tiene que responder primordialmente a esta clase específica de relación personal, como hacía hincapié Cusa, con el Creador vivo que existe en tanto poder activo voluntario dentro de un universo finito, pero ilimitadamente autolimitado.

Así como las naciones deben ser soberanas en su legislación, la comunidad de pueblos soberanos tiene que procurar de manera constante arribar a una comprensión común menos imperfecta que la ley natural implícita en el gobierno del Creador sobre ese universo. Nunca debemos sobreestimar la perfección de lo que pudiéramos considerar como nuestra creencia establecida. Siempre tendremos mucho de sustancia por descubrir, y la tarea de lo que aún no hemos soñado con hacer.

Sin embargo, esta comprensión indispensable de cualquier persona, nación o agregado de creencias religiosas es, por necesidad, imperfecta de dos maneras. Primero, conocemos el universo del modo que existe hasta ahora sólo de manera imperfecta, como insiste el apóstol Pablo en su
Corintios 1:13. Segundo, como le advirtió Filón a los aristotélicos de su tiempo, Dios el Creador nunca renunció a Su poder para cambiar el universo que Él ha creado. El razonamiento de Filón implica la pregunta: ¿le rezaría cualquier persona cuerda a un Creador al que creyera impotente? Por tanto, un sabio rabino judío diría, que el Mesías no regresará conforme a algún itinerario, sino sólo cuando el Creador lo decida.

En cuanto a las implicaciones superiores de la naturaleza del Creador, la mejor prueba de conocimiento científico es que, así como al sistema planetario solar lo generó, en tanto forma superior de existencia, un sol joven que giraba con rapidez, el universo de Dios no es fijo, nunca es entrópico, sino que siempre es
antientrópico, siempre opera para desarrollarse y expandirsea niveles superiores de existencia. La misión esencial de la humanidad es actuar a semejanza del Creador, y en asociación con ese Creador, en ese sentido.

En consecuancia, tenemos que abordar el manejo de los asuntos del universo de una manera que esté regida por una mezcla cuidadosa de certezas y humildades.

Porque Narval...?

4 de diciembre de 2006

...Pero lo que yo perseguí con mayor constancia fue la huella, o más bien el cuerpo del narval. Por ser tan desconocido para mis amigos el gigantesco unicornio marino de los mares del Norte, llegué a sentirme exclusivo correo de los narvales, y a creerme narval yo mismo.

Existe el narval?

Es posible que un animal del mar extraordinariamente pacífico que lleva en la frente una lanza de marfil de cuatro o cinco metros, estriada en toda su longitud al estilo salomónico, terminada en aguja, pueda pasar inadvertido para millones de seres, incluso en su leyenda, incluso en su maravilloso nombre?

De su nombre puedo decir —narwhal o narval—que es el más hermoso de los nombres submarinos, nombre de copa marina que canta, nombre de espolón de cristal.

Y por qué entonces nadie sabe su nombre?

Por qué no existen los Narval, la bella casa Narval, y aún Narval Ramírez o Narvala Carvajal?

No existen. El unicornio marino continúa en su misterio, en sus corrientes de sombra transmarina, con su larga espada de marfil sumergida en el océano ignoto.

En la Edad Media la cacería de todos los unicornios fue un deporte místico y estético. El unicornio terrestre quedó para siempre, deslumbrante, en las tapicerías, rodeado de damas alabastrinas Y copetonas, aureolado en su majestad por todas las aves que trinan o fulguran.

En cuanto al narval, los monarcas medioevales se enviaban como regalo magnífico algún fragmento de su cuerpo fabuloso, y de éste raspaban polvo que, diluido en licores, daba, oh eterno sueño del hombre!, salud, juventud y potencia.

Vagando una vez en Dinamarca, entré en una antigua tienda de historia natural, esos negocios desconocidos en nuestra América que para mí tienen toda la fascinación de la tierra. Allí, arrinconados, descubrí tres o cuatro cuernos de narval. Los más grandes medían casi cinco metros. Por largo rato los blandí y acaricié.

El viejo propietario de la tienda me veía hacer lances ilusorios, con la lanza de marfil en mis manos, contra los invisibles molinos del mar. Después los dejé cada uno en su rincón. Sólo pude comprarme uno pequeño, de narval recién nacido, de los que salen a explorar con su espolón inocente las frías aguas árticas.

Lo guardé en mi maleta, pero en mi pequeña pensión de Suiza, frente al lago Leman, necesité ver y tocar el mágico tesoro del unicornio marino que me pertenecía. Y lo saqué de mi maleta.

Ahora no lo encuentro.

Lo habré dejado olvidado en la pensión de Vésenaz, o habrá rodado a última hora bajo la cama? o verdaderamente habrá regresado en forma misteriosa y nocturna al círculo polar?

Miro las pequeñas olas de un nuevo día en el Atlántico.

El barco deja a cada costado de su proa una desgarradura blanca, azul y sulfúrica de aguas, espumas y abismos agitados.

Son las puertas del océano que tiemblan.

Por sobre ella vuelan los diminutos peces voladores, de plata y transparencia.

Regreso del destierro.

Miro largamente las aguas. Sobre ellas navego hacia otras aguas: las olas atormentadas de mi patria.

El cielo de un largo día cubre todo el océano.

La noche llegará y con su sombra esconderá una vez más el gran palacio verde del misterio.

Hiperbuildings

3 de diciembre de 2006

Taipei 101



106 pisos: 508 metros de alto y 700.000 toneladas en oficinas para 12.000 personas. Todo en el Taipei 101 es grande. Este gigante hizo temblar el mundo de la arquitectura, ingenieria y construccion. Redes de fibra optica de 1 Gigabit por el interior del edificio y los ascensores mas rapidos del mundo (cedidos por Toshiba… estos elevadores llevan pasajeros desde el primer piso hasta el piso 89 a velocidades de 1010 metros por minuto. Los elevadores tienen forma de bala para hacer menor ruido, además son presurizados para no hacer daño en los oídos de los pasajeros, y prácticamente libres de vibración gracias a un sistema de suspensión que detecta vibraciones y resta los efectos con pequeños pesos) eran tan solo algunas de las caracteristicas de este edificio: un regulador de masa de 800 toneladas el ultimo piso promete evitar el colapso estructural frente a fuertes vientos, sismos e incluso huracanes. Pero este gigante no solo esta haciendo temblar a la escena del AEC (architecture, engineering and construction), si no que segun el geologo Cheng Horng Lin, de la Universidad Normal Nacional de Taiwan, tambien estaria haciendo temblar el area de Taiwan. La ciudad de Taiwan se ubica muy proxima a una falla geologica, por lo que siempre ha tenido sismos. Pero en Octubre del 2004 y Marzo del 2005, dos sismos de 3.8 y 3.2 grados en la escala re richter tuvieron su epicentro justo bajo el edificio. La actividad sismica en Taiwan se ha incrementado considerablemente desde la construcción del rascacielos, en noviembre de 2004. Según algunos cientificos, esta enorme mole de acero ha hecho la ciudad mucho mas vulnerable a los terremotos.



Esta presion extra que se pasa a la falla, seria la responsable de gatillar estos temblores. Pero el geologo y los administradores del edificio no confirman ni descartan esto hasta realizar una completa investigacion que permita establecer con exactitud los efectos de la torre sobre el suelo de Taiwan.



Sky City 1000

Ps.. para este.. me faltan palabras.. aunque es verdad que este proyecto pudiera no llevarse a cabo.... si como dicen algunos geologos el Taipei 101 ha incrementado o mejor dicho ha hecho mas vulnerable a taiwan a los sismos y terremotos... (y yo que queria un departamento de esos XD) pero ps.. dicen que una imagen vale mas que mil palabras no?








Pero ps.. si alguien quiere revisar un poco mas de esto las paginas oficiales son Taipei 101 y Sky City 1000.

Strena seu de nive sexángula

2 de diciembre de 2006

Johannes Kepler no sólo fue un científico creativo, sino un hombre interesante y con buen sentido del humor. Esto queda especialmente de manifiesto en un pequeño documento que escribió en 1611 como regalo de Año Nuevo para su benefactor, Wacker von Wackenfels, titulado Strena seu de nive sexángula, o El copo de nieve de seis ángulos. Ahí, en su introducción, Kepler escribe:

"Sí, sé bien qué tan aficionado es usted a la nada; de seguro no tanto por su mínimo valor, sino por el juego divertido y delicioso que uno puede tener con ella, cual si fuera un gorrión feliz. Por tanto, me imagino que para usted un regalo debe ser mejor, y mejor recibido, entre más se acerque a la nada".

Con estas palabras, Kepler comienza un juego de ideas, que sigue siendo de interés hoy día. Quienquiera que lo sepa, lo tomará de vez en cuando entre sus manos, como un buen poema, y volverá a leerlo.

Johannes Kepler supo muy bien cómo presentar "la nada" en su libro Strena seu de nive sexángula. Él comienza con un bello retruécano con las palabras Nichts, que en alemán significa nada, y Nix, que significa nieve en latín (en el alemán común, la palabra nicths se pronuncia como nix). Kepler escribe: "Si le preguntas a un alemán sobre la NIX, él contestará NIHIL, si es que sabe un poco de latín".

Hace poco aprendí que el retruécano de Kepler tiene en realidad tres significados, porque "Nix" también se refiere a un fantasma que vive en el agua. No estaba seguro de si esto era una broma, así que entré en materia. Y, de hecho, en la época de Kepler la palabra Nix designaba a un fantasma masculino que vive en el agua, el cual, según los relatos de los marineros, parecía un hipopótamo o una foca; los románticos luego transformaron a este ser en el nixie femenino: la sirena. En cualquier caso, definitivamente es cierto que Kepler, en Strena seu de nive sexángula, investiga cuál es el fantasma que juega en el agua y de vez en cuando lo transforma en Nix.

Los historiadores han hecho muchos escritos eruditos sobre la Strena seu de nive sexángula de Kepler, y dicen que esta obra fundó la ciencia de la cristalografía, por ejemplo. Así que parece que ya no puede decirse "nada" más sobre ella. Y es precisamente este "nada" el que ahora abordaré.

I. 'La nada'
La nada comienza con el hecho de que se menosprecia la relación de Kepler con el diálogo del Timeo de Platón. Esto es extraño, pues Kepler habla explícitamente de los sólidos platónicos, que son los que Platón usa en su Timeo para construir los elementos. Platón rechaza la noción simplista de Demócrito sobre el átomo, y Kepler está de acuerdo con Platón, cuando escribe al comienzo de Strena seu de nive sexángula que el concepto epicúreo de los átomos es "en realidad nada". Esto no es accidental, pues Strena seu de nive sexángula de Kepler, al igual que el Timeo de Platón, aborda el siguiente problema: ¿qué clase de transformaciones crea a los elementos o "átomos"? ¿Qué acción produce, a partir del continuo del vapor de agua, los copos de nieve discontinuos en su forma geométrica específica?

Es totalmente erróneo decir que Platón, en su Timeo, toma el llamado número mágico de los pitagóricos para explicar los cuatro elementos con ayuda de los cinco sólidos platónicos. Los sólidos platónicos toman correctamente su nombre de Platón, porque la existencia de estos sólidos, y el hecho de que sólo puede haber cinco, lo descubrió por primera vez el amigo de Platón, Teetetes. Los pitagóricos sólo conocían el tetraedro, el cubo y el dodecaedro, es decir, sólo tres sólidos regulares. Por tanto, es improbable que crearan una teoría elemental de los cuatro elementos en base a las tres figuras que conocían. Fue 150 años después de la época de los pitagóricos que el amigo de Platón, Teetetes, construyó por primera vez el octaedro y el icosaedro.

Ahora, otra nada. El descubrimiento de Kepler de los dos romboides regulares —el "pequeño" romboide de 12 caras (el rombododecaedro, que ya conocían los griegos), y el "gran" romboide de 30 caras (el romboicosaedro)— representa precisamente la nueva idea que Teetetes sacó a relucir: que cada uno de estos romboides envuelve a dos sólidos platónicos, el octaedro y el icosaedro, y Kepler los llamó "parejas" (hoy se les conoce como duales). El octaedro es la esposa del cubo macho, y el icosaedro es la del dodecaedro. Las esquinas de las hembras tocan exactamente los centros de las caras de los machos; y viceversa, las esquinas de los machos tocan exactamente los centros de las caras de las hembras.

Si uno mira una pareja, no desde fuera, sino desde el centro de las figuras, uno ve un ordenamiento armónico de los ángulos desde el centro hasta los bordes de los romboides de Kepler que unen a la pareja. Uno también ve el porqué Teetetes tuvo que descubrir ambos sólidos platónicos juntos.

La razón que justifica el que se les llame "sólidos platónicos" a los sólidos regulares, puede encontrarse en el diálogo del Timeo. Ahí, por primera vez, se expresa su profundo significado físico. La objeción que Platón presenta a la noción de Demócrito de los átomos (que él definió como los bloques más pequeños e indivisibles que componen toda la materia) es fácil de entender, si uno mira la historia de la ciencia moderna.

Hace doscientos años la palabra átomo se usaba para nombrar los diminutos bloques que constituyen la materia, y que no pueden romperse más mediante reacciones químicas. Pero luego, hace unos 100 años, en el transcurso del descubrimiento de la radiactividad y las reacciones nucleares relacionadas, de pronto estos pequeños bloquecitos ya no eran "átomos". Podían dividirse en algo llamado "partículas elementales", que eran más pequeñas que los átomos. Luego, incluso estas partículas elementales fueron descompuestas, empleando tremendas cargas de poder aplicadas mediante aceleradores de partículas. Así surgió la necesidad de un nombre para otra nueva clase de "átomo", llamado partículas elementales.

Así que vemos que la palabra átomo tiene significado sólo si se refiere a una transformación específica, a un efecto logrado en un tubo de ensayo, o en un reactor o acelerador nucleares.
Platón ya tenía clara esta "paradoja del átomo" hace 2.400 años. Esa es la razón por la que rechazó el concepto de Demócrito, y de que describiera en el Timeo el proceso que transforma cada elemento —tierra, agua, aire y fuego— en otro de ellos. Hoy le llamamos a los elementos de Platón —esto es, a estos "átomos" en relación con una transformación física—, las "condiciones físicas" o estados de la materia: estados sólido, fluido, gaseoso y plasma.

La relación del cubo, el icosaedro, el octaedro y el tetraedro describe las restricciones geométricas ordenadas de esas transformaciones. De ahí que Platón explique cómo esos sólidos pueden transformarse en otro de ellos mediante una construcción triangular de sus caras regulares. A la nueva idea que Platón expresa en el Timeo con la ayuda de los sólidos platónicos —es decir, la manera de hacer geométricamente cognoscible un principio físico universal de transformación—, en la actualidad se le llama "ley natural". Y la siguiente persona que dio un paso decisivo en desarrollar más esta idea fue Johannes Kepler.

Ahora pongamos a refrigerar al nix, que pertenece a esta nada. Aquí tenemos cuatro elementos, ¡pero cinco sólidos platónicos! ¿Qué pasa con el quinto, el dodecaedro? Para esto, Aristóteles "inventó" una clase especial de materia, el imperceptible éter, flotando por ahí en las inalcanzables esferas de los cielos. Esta noción errónea todavía sigue atribuyéndosele a Platón. Pero Platón declara explícitamente en su Timeo que el éter es sólo una suerte de aire sutil, no una clase especial de elemento. Así que, ¿cuál es la función del dodecaedro?

Veamos el Timeo. Ahí uno lee que, puesto que quedó una quinta figura, Dios la uso como su plan maestro para el cosmos. ¡Ajá! No es el éter, sino el "plan maestro" del cosmos el que está relacionado con el dodecaedro. Los filólogos señalan que la palabra griega que Platón usó para "plan maestro" es difícil de traducir en este contexto. En La Republica, dicen, Platón usa la misma palabra para definir el perfil básico que el Estado feliz debe tener conforme al modelo divino. Así que el dodecaedro tiene esta cualidad universal, y su transformación sirve al cosmos como un "plan maestro".

Así, el dodecaedro es algo excepcional. Y quienquiera que haya tratado de construir los sólidos platónicos desde cero, sabe esto: una vez que obtienes el dodecaedro, el resto es un juego de niños. Sin embargo, Platón no sólo piensa en términos de la construcción geométrica, sino de las diferentes calidades de procesos universales; las transformaciones elementales tienen que ver con cuatro sólidos regulares, y la transformación subyacente del "plan maestro" con el dodecaedro. El dodecaedro es el "padre", y el tetraedro, el cubo, el octaedro y el icosaedro son los hijos del proceso cósmico de transformación.

II. Más nada
Hasta ahora, verás que no he dicho nada sobre la Strena seu de nive sexángula de Kepler. Pero ahora ya no puedo seguir sacándole la vuelta a este pequeño escrito. Espero tener éxito en encontrar, en esencia, nada.

Kepler investiga aquí la "causa específica" del hecho de que los copos de nieve siempre tengan la forma de una estrella de seis ángulos. ¿Qué acción genera, desde la "corriente continua" del vapor de agua, esas "singulares estrellitas", con esta precisa forma? Tal como lo promete desde el principio, ¡Kepler no responde a esta pregunta! Él se las arregla sin hacerlo, sólo porque decide, no sólo resolver este problema, sino más bien investigarlo, en lo principal, con los métodos de investigar y responder propios de esta clase de preguntas. Si Kepler no hubiera hecho esto, no hubiera podido ceñirse a la "nada".

El método correcto es encontrar los posibles principios de "acción" que se expresan en formas geométricas específicas. Por ejemplo, Kepler observa la forma rombal de las semillas de la granada. Para explicar esto, basta la necesidad material, porque las semillas están comprimidas en el espacio confinado de la fruta, y la forma rombal específica nace de la necesidad de un empaque apretado.

Pero la misma forma geométrica puede encontrarse en el fondo del panal de abejas, donde no puede asumirse que hay una compresión y, por tanto, debe encontrarse otra explicación. Aquí la acción implica que la abeja posee un instinto que guía su proceder hacia un objetivo. La abeja en sí no conoce esta meta, que el Creador grabó en su proceder, pero la razón del hombre puede percibirla y conocerla: esta forma del panal minimiza el trabajo necesario para construirlo. Entre paréntesis, Kepler nos explica, de pasada, las conexiones entre la causa final, la terminología leibniziana de causa final y causa eficiente, y el principio de acción mínima.

En el caso del copo de nieve, a diferencia de la granada y el panal, los principios de acción anteriores fallan. En las nubes, por ejemplo, no hay un límite de espacio; en cuanto al instinto, tampoco hay abejas. Así que, ¿qué clase de fantasma acuático es este, que genera estos cristales de nieve allá arriba? ¿Qué suerte de "instinto" tiene que seguir dicho fantasma acuático?

No contestaré esto de manera precisa. Prefiero señalar lo que Kepler explica sobre la diferencia esencial entre las geometrías hexagonal y pentagonal, del modo que se expresa en las flores, por ejemplo. La base de esta simetría pentagonal es la "proporción áurea", que está implícita en el dodecaedro y el icosaedro. Esta bella forma caracteriza el "ánima (alma) de las plantas", y es emblemática de su "capacidad de procrear". El copo de nieve inerte expresa una simetría hexagonal. Pero, ¿por qué específicamente ésta?

Los cristales de nieve se generan exactamente en el lugar donde hay un toma y daca entre el frío y el calor. A este respecto, Kepler menciona los cristales de hielo de seis picos que se forman en los vidrios rotos de los baños de vapor durante el invierno. Ahora citaré la tesis de Kepler De fundamentis astrologiae certióribus, o Los fundamentos de la certeza astrológica:

Que todo lo que participa en la materia es, hasta donde participa en ella, frió por naturaleza. Sin embargo, todo lo que en potencia es cálido, le debe esta cualidad a una fuerza viviente, sea una fuerza propia o de aquello de lo cual se origina.

Así que Kepler dice que el calor nace de la cualidad de una "fuerza viviente". El frío no actúa por sí mismo, sino en ausencia del calor viviente, del mismo modo que el mal no es más que la ausencia del bien.

Pero, regresando a la Strena seu de nive sexángula de Kepler, y de ahí a un lugar donde él casi nos da la respuesta a cuál es el papel que desempeña el fantasma acuático nix en la creación de copos de nieve de seis ángulos. Kepler dice:

Yo expresamente creo que al calor, que poseía la materia hasta entonces, lo supera ahora el frío. Tal como actuó hasta entonces de manera ordenada, ahora cede en su ordenamiento para retroceder, y dar paso y guardar compostura en esas. . . estructuras plumosas de orden sexangular. . . y cuida de no morir en acción sin honor ni dignidad.

¡No sin dignidad! Esto, para los críticos de los escritos de Kepler, representa una absoluta nada y, por tal razón, debo decir algo al respecto. "No sin dignidad". ¿No significa esto que un poder físico te abruma, pero aún así no te muestra su esencia? Así, al actuar con dignidad vemos un principio superior que rebasa la existencia individual. El actuar con dignidad sólo le es posible a un ser moral capaz del libre albedrío: el hombre. Kepler sabía esto con certeza. De modo que su metáfora expresa la idea de que tiene que haber un principio superior que conecta el calor y el frió. Sólo esta "conexión" puede explicar que (además de la geometría pentagonal, la cual es obvia en el "diseño inmediato de la planta") hay una forma geométrica ordenada de la materia inerte, que podemos ver ejemplificada en la forma sexangular del cristal de nieve.

Esto explica el porqué Kepler dice, por ejemplo, en De fundamentis astrologiae certióribus, que ¡donde hay materia, hay geometría! Esta es una afirmación con la que Platón estaría de acuerdo. Aristóteles, sin embargo, como explica Kepler en su Harmonices mundi (Armonía del mundo), no puede reconocer el carácter arquetípico y el significado de las figuras cuantitativas, porque niega la creación del mundo. La razón de esto es que las figuras geométricas cobran significado, sólo si existe un "Creador" que creó la materia. La geometría, dice Kepler, le dio a Dios las imágenes para formar al mundo.

Esto no es ofender a Dios, ni limitarlo. ¡La intención de la acción de la razón creativa es geométrica! Esta es la conexión de la razón activa y viviente, así como de la materia inerte, misma que encontramos antes en el ejemplo de las abejas. En la abeja, se expresa sin que ella conozca en una forma geométrica específica, en una forma que exprese una causa final asociada con el principio de acción mínima.

Para los crítico de Strena seu de nive sexángula de Kepler, semejante idea significa absolutamente nada, porque piensan como Aristóteles. Niegan la existencia de cualquier proceso cognoscitivo, no admiten nada excepto las leyes de la "causalidad", y todo lo demás lo explican sólo como una "casualidad" o como "resultado del proceso estocástico". Entonces, tras haber hecho esto, pretenden describir mediante "leyes de la evolución", "estructuras autoorganizadas" o "fractales", lo que antes condenaron como algo que no puede conocerse.

En contraste, creo haber encontrado en la Strena seu de nive sexángula de Kepler una explicación de por qué el universo puede conocerse mediante el proceso creativo de la cognición humana: porque la característica esencial del universo, la cual Kepler intenta expresar de manera metafórica, es precisamente la idea de los espacios–fase triplemente conectados, que unen de un modo único los principios cualitativamente diferentes de acción de la noosfera, la biosfera y la materia inerte. Esta es quizás la verdadera clave de la nada en la Strena seu de nive sexángula de Kepler.

Snowflakes

Ps... quede medio traumado con los copos de nieve de papel... y encontre este lugar http://snowflakes.lookandfeel.com/ así que si lo quieren visitar y entretenerse un rato... je je je je je je je.... XD

Peter Callesen





Ps.. estaba vagando por internet y encontre unas cuantas cosas de este danés llamado Peter Callesen.. el se dedica a hacer como decirlo... arte en papel... XD





Acerca de Callesen.. estudio en la Århus Art School... y como el mismo ha dicho.. "un tema común en muchos de mis trabajos es una reinterpretacion de clasicos cuantos de hadas porque estas interpretaciones existen en la tierra perdida de la infancia, entre el sueño y la realidad, y es en este encuentro de confrontacion de estas condiciones, en un tipo de utopia, que estos trabajos de arte cobran vida..."





Bueno... ps.. supongo que realmente algunas cosas de estas no son particularmente dificiles de hacer... aunque si requieren de bastante tiempo... :P .... je je je je je je.... si quieren ver todos los trabajos de Callesen visiten su pagina http://www.oncotton.co.uk/peter/

Darle alas a tu locura

En determinados momentos uno sólo se sienta a la mesa de algún bar a esperar que los minutos se deshagan como la cera de las veladoras en un altar. Sucede que hay noches en las que abandonas tu habitación, aburrido de escuchar a los Rolling Stones y de mirar la lluvia a través de la ventana. Bajas las escaleras, cruzas el portón, sales a la calle. Caminas hasta el bar más próximo, que es el que frecuentas. Te sientas de frente al mismo mesero de siempre, que en cuanto te reconoce empieza a servir un ron con coca. Inclina la cabeza a manera de saludo. Respondes igual y luego observas las filas de botellas. Sucede que a veces no pasa nada. Y así es la vida en esos lugares: cuando pasa algo bueno bebes para celebrar, cuando ocurre algo malo bebes para olvidar, y si no pasa nada entonces bebes para que pase algo. Las reglas del bebedor. Allí estás, esperando que acontezca algo o que un incendio consuma el local o que ángeles eléctricos pidan permiso de entrar al baño o que algún suicida beba hasta morir o que un sacerdote nos venga a excomulgar o que un poeta se emborrache con sus musas o que un limosnero te venda su alma o que un profeta anuncie el fin del mundo o que una canción nos diga una verdad o que un músico haga sonar el sax o que una mujer de falda corta selle tus labios con sabor a sal o que unos ojos eclipsen tu mirada o que lleguen a clausurar el bar o que, simplemente, te dejen en paz.

* * *

Aquel borracho no dejaba de dictar con estridencia: "¡Puedo volar, puedo volar, puedo volar!". Al principio a todos nos pareció gracioso, pero luego de algunos minutos empezó a sonar patético. Uno de los meseros trató de controlarlo, pero aquel escandaloso se puso a manotear: "Déjame en paz, déjame imbécil. Nadie sabe lo que yo sé". Cansado de soportar estupideces llamé al mesero. "Mejor sírvale un trago, yo lo pago", le dije. Me hizo caso. En cuanto le sirvieron, el gritón volteó hacia mí, me miró agradecido y se levantó tambaleante para luego acercarse a mi mesa. Lo que me faltaba, pensé. "Gracias joven, usted sí se ve gente decente, no como esta bola de mediocres, ignorantes". Asentí con la cabeza, como quien quiere decir "de nada". Él sujeto flacucho y bajito se sentó sin pedir permiso. "¿Sabe qué?", preguntó para luego contestarse solo: "Tengo miedo, porque sé muchas cosas que nadie sabe". Uta, otro pinche loco. "Fíjese que yo sé volar, en verdad que puedo volar", insistió pero yo no tenía ganas de hablar, ni de estar con nadie; lo único que necesitaba era tomarme un par de tragos, tranquilamente, mientras observaba la profundidad de mi vaso, pero aquel miserable se empeñaba en su discurso. "Yo sé quién mató a Colosio o también sé quién será el próximo presidente y hasta cómo hacer contacto con los extraterrestres", ennumeró con ese entusiasmo habitual en los ebrios. Por fin un hombre que ha descubierto el hilo negro. Con el brazo izquierdo le pedí al mesero que se acercara. Fue hasta la mesa. "El señor ya se va" y le hice señas para que lo "invitara" a largarse. "No joven, espérese tantito. Le juro que yo sé volar, deveras que sé volar. Y le puedo enseñar cómo". El mesero lo tomó del brazo, intentando levantarlo. "No me toques estúpido, no me toques", gruñó aquel tipo. "Ándele, amigo, es hora de que se vaya a descansar un rato o a molestar a otro lado", le advertí en tono alto, aunque conciliador. "No me creen, ¿verdad? No estoy loco. Ustedes creen que estoy loco, pero no es así", se puso de pie. Abrió los brazos, levantó la cabeza, abrió las palmas de las manos, cerró los ojos, se concentró demasiado... y juro por todos los dioses que se elevó como medio metro y se quedó flotando durante muchos segundos que parecieron largos minutos. Los cuatro o cinco clientes, así como los meseros, nos quedamos en silencio. Sorprendidos. Nadie dijo nada, aunque alguien se quedó con la boca abierta. Luego el borracho volvió a tocar el suelo y me miró con coraje. "Son unos necios, incrédulos, por eso este mundo se está cayendo a pedazos, por la falta de fe", señaló y luego se encaminó a la puerta. Entonces comenzaron los murmullos. Seguí bebiendo. Otro día difícil, como para volverse loco. Esta pinche ciudad está llena de gente muy rara.