El 10 de junio es oficialmente el Dia de Camões, de Portugal e das Comunidades Portuguesas, y es aniversario de la muerte de Luís Vaz de Camões (10 de Junio de 1580).
¿Por qué les platico esto? Porque el presidente de Portugal, confundió el Día de Portugal y lo llamó Día de la Raza, y estaba pensando en el único periodo en que el 10 de Junio fue llamado día de la Raza, y eso fue durante el régimen autoritario de Estado Novo, desde 1933 hasta la Revolução dos Cravos (Revolución de los Claveles) del 25 de Abril de 1974.
Tomando como base este referente, no me sorprende la indignación del pueblo portugués, y es que es algo indignante que se refieran nuevamente a este día como día de la raza, al igual que en las épocas de aquel régimen autoritario, corporativista, conservador, tradicionalista, colonialista, nacionalista, antiliberal, antiparlamentario, anticomunista, anti-demócrata y represivo, un régimen que se apoyaba en la censura, la propaganda, las organizaciones juveniles y paramilitares, en el culto al Jefe y en la ideología católica.
Pero no tiene sentido que hable mal del presidente de Portugal, ni siquiera lo tiene que hable mal de Estado Novo, tiene mucho mas sentido, que hable bien del pueblo portugués y para eso me di a la tarea de desempolvar un texto que tenia guardado desde hace algunos años y que espero les guste:
¿Por qué les platico esto? Porque el presidente de Portugal, confundió el Día de Portugal y lo llamó Día de la Raza, y estaba pensando en el único periodo en que el 10 de Junio fue llamado día de la Raza, y eso fue durante el régimen autoritario de Estado Novo, desde 1933 hasta la Revolução dos Cravos (Revolución de los Claveles) del 25 de Abril de 1974.
Tomando como base este referente, no me sorprende la indignación del pueblo portugués, y es que es algo indignante que se refieran nuevamente a este día como día de la raza, al igual que en las épocas de aquel régimen autoritario, corporativista, conservador, tradicionalista, colonialista, nacionalista, antiliberal, antiparlamentario, anticomunista, anti-demócrata y represivo, un régimen que se apoyaba en la censura, la propaganda, las organizaciones juveniles y paramilitares, en el culto al Jefe y en la ideología católica.
Pero no tiene sentido que hable mal del presidente de Portugal, ni siquiera lo tiene que hable mal de Estado Novo, tiene mucho mas sentido, que hable bien del pueblo portugués y para eso me di a la tarea de desempolvar un texto que tenia guardado desde hace algunos años y que espero les guste:
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Cuando José Saramago y Antonio Lobo Antunes no eran mundialmente conocidos y sus grandes obras aún eran vapores de palabras por venir, en Lisboa hubo una fiesta de fusiles: una mesera le dio un ramo de claveles a un soldado, los obreros salieron a las calles y la revolución fue una explosión de primaveras. Era abril de 1974, y Saramago, (inquieto y delgado -sin sospechar que un día ganaría el premio nobel-), había publicado solo una olvidada novela, en 1947, y tenía el sueño pendiente entre los dedos. Durante casi 30 años su escritura se había limitado a tres pequeños libros de poesía y cuatro efímeras crónicas, pero en el torrente de su discurso radical descubrió lo mas relevante de aquel terremoto social: la Revolución de los Claveles, como poéticamente quedo registrada en la historia de Portugal, había suprimido la censura. Los escritores habían recuperado la libertad de expresión y, con sus obras, podían denunciar las injusticias del mundo, proponer utopías y reconfigurar la vida de una sociedad que había estado aplastada durante decenios por una dictadura ignorante y brutal.
Un renovado Saramago volvió con pasión a la ficción literaria, logrando alcanzar la primera fila de la literatura universal. Tras dos novelas menos significativas, el comunista duro que en realidad era un artista puro se consolido definitivamente con 'memorial del convento', en 1982, obra en la que se aprecian con mayor nitidez los rasgos de su poética, el lento barroquismo que rodea los detalles, las situaciones cotidianas donde el hombre se confronta y reflexiona, la ironía que cabalga en la metáfora y atraviesa crudamente el realismo para entrar en la maravilla de lo imposible que es posible. Años más tarde la biografía de Saramago incluía, entre otros títulos, 'El evangelio según Jesucristo' (1991), y el estremecedor 'Ensayo sobre la ceguera' (1995), un texto que permite ver lo que no vemos, porque el ojo solo percibe cuanto desea aprender y el hombre enajenado de nuestra época está ciego ante lo otro y ajeno, frente al enigma del otro, en la incomprensión de si mismo.
En aquellos años setenta Lobo Antunes era un joven recién graduado de medicina, había pasado por la traumática experiencia de la guerra colonial en Angola, y escribía a escondidas a todas horas, sin parar, en cualquier sitio, bolígrafo en mano, una serie de novelas que destruía sin cesar. Se especializo en psiquiatría y un día, en el jardín del hospital sombrío donde trabajaba, un paciente le advirtió con aire misterioso que el mundo había comenzado a ser hecho por detrás, y en esa frase descubrió, según afirma, que en lugar de escribir por delante, era necesario hacerlo a la inversa, por el revés. Decidió salvar del fuego 'Memoria de elefante', la novela de amor y desamor que fue reiteradamente rechazada por las editoriales y finalmente publicada con modestia y sin mayores pretensiones ni mucha publicidad en 1979, se vendieron, sin embargo, doscientos mil ejemplares, y de la noche a la mañana el psiquiatra inspirado por un loco se hizo famoso y fue traducido a varias lenguas.
Su obra novelesca ha pasado por diferentes momentos y en ella se respira el desencanto de la guerra africana, la visión de un país que sufre la angustia de la utopía inalcanzada y que desearía conservar como en el fondo de la caja de Pandora, la mariposa azul de la esperanza. Mas allá del rastro autobiográfico de sus primeras narraciones, Lobo Antunes ha alcanzado una depurada calidad artística, y en sus densas novelas, como en 'Exhortación a los cocodrilos' (1999), conjuga la metáfora insólita con la historia particular de numerosos personajes de la realidad portuguesa, seres vivos y a la vez simbólicos cuyas voces se elevan en una resonante polifonía de tristes acentos, eternas añoranzas y posibles ventanas entreabiertas a la luz de la mañana.
La libertad de expresión y los vientos de cambio que soplaron aquella primavera, renovaron la cultura y abrieron las puertas a una pléyade de valiosos escritores, entre los cuales destacan las mujeres, siempre apasionadas, rebeldes, innovadoras, ansiosas de crear y transformar la vida. Desde 1972, tres autoras habían compartido no sólo el nombre de María - Horta, Velho de Costa y Barreno- sino también un escándalo y hasta un proceso judicial por haberse atrevido en sus 'Nuevas cartas portuguesas', a cuestionar la cerrazón de una rígida y absurda sociedad. Estas cartas fueron una subversión a los modelos del comportamiento social aceptados bajo la dictadura, pero también constituían una propuesta literaria y colocaban a la mujer, a la escritura hecha por mujeres, en el primer plano de la atención nacional.
La revolución impulsó la afirmación de escritoras previamente reconocidas, como Agustina Bessa-Luis, autora de una extensa producción literaria caracterizada por el estilo aforístico y la reflexión, así como por una constante innovación artística, cuya contribución a la lengua portuguesa ha sido comparada a la de Guimarães Rosa. Pero el hecho mas grande fue la revelación de nuevas escritoras que, ansiosas de alumbrar el mundo, trajeron otras perspectivas a la literatura portuguesa, superando el feminismo estrecho, para ahondar en el problema raigal de la condición y la circunstancia del ser humano, aquí y ahora, entre el amor de elusiva espuma y el golpe terrible de la vida. Lidia Jorge, nacida en 1946, fue maestra en Angola y Mozambique, y desde sus primeras obras obtuvo un éxito instantáneo, fundado en la frescura de un estilo que, en cierto modo, se vincula al llamado realismo mágico, y que alcanza su mayor complejidad y belleza en la novela 'O valle da paixão' (1998). A ella se une, ente muchas otras, Ana Luisa Amaral, que proyecta su particular y esplendida visión de la vida y la poesía por medio del ejercicio lúdico de la intertextualidad y la fina ironía ante lo cotidiano. Casi microscópica -dice uno de sus poemas-, ente las paginas de un libro que le prestaron hay una migaja de pan, detalle con el que proclama, sin decirlo, la relación entre el cuerpo que pasajeramente habitamos y el espíritu que en la letra persiste.
La poesía que es sacudimiento interior, levanto asimismo el vuelo tras la revolución, buscando otra vez la altura de Fernando Pessoa y en los orígenes, el cenit de Luís Vaz de Camões, el príncipe de los poetas portugueses. Paulo Teixeira tenia 12 años aquel abril, y cuando comenzó a publicar se propuso alejarse de toda banalidad, para recuperar la dignidad de la palabra poética y dramatizar el lirismo en complicidad con un lector al que se hermana en una indignación filosófica y existencial. 'Ahora que el mundo se deslizo como una bola / de la mano de Dios y cruza la noche vacía / de los espacios, sabemos que la muerte nos espera / dispuesta como un alimento en nuestra mesa. / rendimos a la suerte de cada minuto nuestras / vidas y corremos de monte en monte como / correría una canción llevada por el viento', manifiesta en la 'Zona biográfica', que compartimos frente al tiempo y la muerte. Pero la poesía siempre ha estado en el alma de Portugal, donde se canta en versos cargados de melancolía en dulces arrebatos que hablan de amores imposibles, memorias de ultramar, eternas nostalgias de lo nunca perdido...
La letra y la poesía de los claveles, mas allá del fracaso en que terminan las revoluciones políticas, sigue vigente, y cada abril nos trae el aroma inextinguible de la imaginación creadora.
Un renovado Saramago volvió con pasión a la ficción literaria, logrando alcanzar la primera fila de la literatura universal. Tras dos novelas menos significativas, el comunista duro que en realidad era un artista puro se consolido definitivamente con 'memorial del convento', en 1982, obra en la que se aprecian con mayor nitidez los rasgos de su poética, el lento barroquismo que rodea los detalles, las situaciones cotidianas donde el hombre se confronta y reflexiona, la ironía que cabalga en la metáfora y atraviesa crudamente el realismo para entrar en la maravilla de lo imposible que es posible. Años más tarde la biografía de Saramago incluía, entre otros títulos, 'El evangelio según Jesucristo' (1991), y el estremecedor 'Ensayo sobre la ceguera' (1995), un texto que permite ver lo que no vemos, porque el ojo solo percibe cuanto desea aprender y el hombre enajenado de nuestra época está ciego ante lo otro y ajeno, frente al enigma del otro, en la incomprensión de si mismo.
En aquellos años setenta Lobo Antunes era un joven recién graduado de medicina, había pasado por la traumática experiencia de la guerra colonial en Angola, y escribía a escondidas a todas horas, sin parar, en cualquier sitio, bolígrafo en mano, una serie de novelas que destruía sin cesar. Se especializo en psiquiatría y un día, en el jardín del hospital sombrío donde trabajaba, un paciente le advirtió con aire misterioso que el mundo había comenzado a ser hecho por detrás, y en esa frase descubrió, según afirma, que en lugar de escribir por delante, era necesario hacerlo a la inversa, por el revés. Decidió salvar del fuego 'Memoria de elefante', la novela de amor y desamor que fue reiteradamente rechazada por las editoriales y finalmente publicada con modestia y sin mayores pretensiones ni mucha publicidad en 1979, se vendieron, sin embargo, doscientos mil ejemplares, y de la noche a la mañana el psiquiatra inspirado por un loco se hizo famoso y fue traducido a varias lenguas.
Su obra novelesca ha pasado por diferentes momentos y en ella se respira el desencanto de la guerra africana, la visión de un país que sufre la angustia de la utopía inalcanzada y que desearía conservar como en el fondo de la caja de Pandora, la mariposa azul de la esperanza. Mas allá del rastro autobiográfico de sus primeras narraciones, Lobo Antunes ha alcanzado una depurada calidad artística, y en sus densas novelas, como en 'Exhortación a los cocodrilos' (1999), conjuga la metáfora insólita con la historia particular de numerosos personajes de la realidad portuguesa, seres vivos y a la vez simbólicos cuyas voces se elevan en una resonante polifonía de tristes acentos, eternas añoranzas y posibles ventanas entreabiertas a la luz de la mañana.
La libertad de expresión y los vientos de cambio que soplaron aquella primavera, renovaron la cultura y abrieron las puertas a una pléyade de valiosos escritores, entre los cuales destacan las mujeres, siempre apasionadas, rebeldes, innovadoras, ansiosas de crear y transformar la vida. Desde 1972, tres autoras habían compartido no sólo el nombre de María - Horta, Velho de Costa y Barreno- sino también un escándalo y hasta un proceso judicial por haberse atrevido en sus 'Nuevas cartas portuguesas', a cuestionar la cerrazón de una rígida y absurda sociedad. Estas cartas fueron una subversión a los modelos del comportamiento social aceptados bajo la dictadura, pero también constituían una propuesta literaria y colocaban a la mujer, a la escritura hecha por mujeres, en el primer plano de la atención nacional.
La revolución impulsó la afirmación de escritoras previamente reconocidas, como Agustina Bessa-Luis, autora de una extensa producción literaria caracterizada por el estilo aforístico y la reflexión, así como por una constante innovación artística, cuya contribución a la lengua portuguesa ha sido comparada a la de Guimarães Rosa. Pero el hecho mas grande fue la revelación de nuevas escritoras que, ansiosas de alumbrar el mundo, trajeron otras perspectivas a la literatura portuguesa, superando el feminismo estrecho, para ahondar en el problema raigal de la condición y la circunstancia del ser humano, aquí y ahora, entre el amor de elusiva espuma y el golpe terrible de la vida. Lidia Jorge, nacida en 1946, fue maestra en Angola y Mozambique, y desde sus primeras obras obtuvo un éxito instantáneo, fundado en la frescura de un estilo que, en cierto modo, se vincula al llamado realismo mágico, y que alcanza su mayor complejidad y belleza en la novela 'O valle da paixão' (1998). A ella se une, ente muchas otras, Ana Luisa Amaral, que proyecta su particular y esplendida visión de la vida y la poesía por medio del ejercicio lúdico de la intertextualidad y la fina ironía ante lo cotidiano. Casi microscópica -dice uno de sus poemas-, ente las paginas de un libro que le prestaron hay una migaja de pan, detalle con el que proclama, sin decirlo, la relación entre el cuerpo que pasajeramente habitamos y el espíritu que en la letra persiste.
La poesía que es sacudimiento interior, levanto asimismo el vuelo tras la revolución, buscando otra vez la altura de Fernando Pessoa y en los orígenes, el cenit de Luís Vaz de Camões, el príncipe de los poetas portugueses. Paulo Teixeira tenia 12 años aquel abril, y cuando comenzó a publicar se propuso alejarse de toda banalidad, para recuperar la dignidad de la palabra poética y dramatizar el lirismo en complicidad con un lector al que se hermana en una indignación filosófica y existencial. 'Ahora que el mundo se deslizo como una bola / de la mano de Dios y cruza la noche vacía / de los espacios, sabemos que la muerte nos espera / dispuesta como un alimento en nuestra mesa. / rendimos a la suerte de cada minuto nuestras / vidas y corremos de monte en monte como / correría una canción llevada por el viento', manifiesta en la 'Zona biográfica', que compartimos frente al tiempo y la muerte. Pero la poesía siempre ha estado en el alma de Portugal, donde se canta en versos cargados de melancolía en dulces arrebatos que hablan de amores imposibles, memorias de ultramar, eternas nostalgias de lo nunca perdido...
La letra y la poesía de los claveles, mas allá del fracaso en que terminan las revoluciones políticas, sigue vigente, y cada abril nos trae el aroma inextinguible de la imaginación creadora.
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Querida Anna, precisamente por cosas como las que sucedieron con Cavaco Silva es importante el trabajo con las siguientes generaciones, demuestra tu espíritu y continua enseñando, además recuerda que tu país es bello y antiguo como dices, pero también es muy rico, rico en escritores, poetas y gente que se preocupa por su patria. Beijos!
1 comentarios:
Ol� Xavier:
Com muito gosto li o teu texto. Entendo muito bem o castelhano, embora n�o o escreva.
� extraordin�rio o teu interesse e conhecimento sobre a nossa Literatura e Cultura. Tens uma perspectiva admir�vel.
Agrade�o pela tua aten�o, interesse e simp�ticas palavras.
Obrigada,
Saudade!
Anna
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